1.- Las obras deben de tener una lectura inmediata y sencilla:
La mayoría de las obras de arte contemporáneo se abarcan de un vistazo, no necesitando más allá una primera mirada para ser contempladas. La diversidad y profundidad de niveles de lectura que puede tener una obra de arte clásica, le son completamente ajenas.
Lo que importa es el concepto, la idea inicial y que las formas que la acompañan sean comprensibles e inmediatamente seductoras. Mirar un Jeff Koons exige bastante menos esfuerzo que un Van Dyck.
Lo que importa es el concepto, la idea inicial y que las formas que la acompañan sean comprensibles e inmediatamente seductoras. Mirar un Jeff Koons exige bastante menos esfuerzo que un Van Dyck.
De nuevo el omnipresente Damien Hirst nos sirve para evidenciar la simplicidad de los conceptos |
En un mundo en el que impera el valor de lo rápido e inmediato, se huye de lecturas y valoraciones complejas, el arte resultante tiene que ser "decorativo" y de fácil asimilación. Gusta o no gusta, pero no hay más complicaciones o niveles ocultos.
2.-Es conveniente representar celebridades en las obras para adquirir notoriedad:
Para lograr una inmediata difusión de su trabajo, conviene que el artista represente a estrellas pop, cinematográficas, políticos en actitudes incorrectas, provocadoras, etc.
Consigue así un doble efecto: halagados, los famosos representados serán los primeros compradores, encargándose además de difundir la obra entre su circulo de amistades privilegiadas. Igualmente, el tirón mediático de la celebridades impulsará la difusión de la obra del artista.
Consigue así un doble efecto: halagados, los famosos representados serán los primeros compradores, encargándose además de difundir la obra entre su circulo de amistades privilegiadas. Igualmente, el tirón mediático de la celebridades impulsará la difusión de la obra del artista.
El muy comercial Jeff Koons, no dudó en escoger a Michael Jackson para lograr publicidad. |
3 - El artista ya no elabora personalmente la obra con sus manos
En el arte tradicional, se valoraba el que cada obra fuese una pieza única salida de las manos del artista. El contacto personal y directo del creador con la materia, su "impronta" y su "gesto" la transformaban y convertían en arte.
En el arte contemporáneo el creador es más un diseñador, un gestor de ideas, cuyos proyectos artísticos son materializados por todo un equipo de colaboradores y trabajadores. Artistas como Damien Hirst tienen una "fabrica" en la que se elaboran sus piezas. Otros plásticamente más solventes como Cristo se ayudan de operarios y voluntarios para realizar sus espectaculares montajes.
El Reichstag envuelto por Cristo. Oviamemente el es el creador de la idea, pero no su ejecutor material. |
4- Cae en contradicción el valor de la pieza única:
Puesto que la obra no es elaborada directamente por el autor, sino "fabricada" por un equipo de trabajadores, cada pieza se puede replicar cuantas veces se desee. De hecho, dada la simplicidad de la mayoría, cualquiera con medios suficientes podría reproducirlas fácilmente. Lo único que diferencia a un "original" de una réplica, es la firma del artista.
Las obras de Jeff Koons se parecen unas a otras como gotas de agua, dado que están elaboradas en series. |
5.- El artista es más que persona, sobre todo personaje:
La extravagancia siempre ha sido presente en el mundo del arte, pero ahora es más importante que nunca. Sobre el valor artístico de una obra, está el valor de mercado que logre generar su creador con sus apariciones mediáticas, excentricidades, escándalos, apariencia, etc. Nadie espera que un genio sea una persona normal, por lo que cuanto más raro sea, más confirmada será su excepcionalidad, que no su talento. Y puesto que la ecuación dice que a mayor notoriedad, precios más altos...
Dalí fue un genio que entendió a la perfección el valor de la extravagancia y lo estrafalario para cultivar su "imagen" de artista. Periódicamente se preocupaba de organizar apariciones y "shows", que puntualmente recogidos por los medios de comunicación,le mantenían siempre en el candelero. |
5.- Lo que importa no es la obra, sino el precio de la misma:
En el mercado tradicional, el coleccionista compra para su deleite personal. Adquiere obras que aprecia y valora, pensando disfrutarlas estéticamente. En el mercado de arte contemporáneo el comprador es más un un inversor que busca sobre todo colocar su dinero allí donde en breve obtendrá una alta rentabilidad. Tras la compra, muchas veces la pieza va directa a la caja fuerte de un banco, de donde solo sale para ser revendida a otro coleccionista-inversor.
En realidad, el comprador busca no una pieza, sino un
precio que constituye todo el valor de la misma. El entramado se mantiene porque todos los que participan, artistas-críticos-galeristas-compradores, tienen interés en que los precios de las obras suban, ya que a todos beneficia. La obra ante todo es un bono financiero que se sostiene por el valor y la confianza que todo el circuito artístico-económico deposita en ella.
Como siempre habrá inversores ricos necesitados de colocar su dinero en nichos donde aumente su valor, siempre habrá compradores dispuestos a incorporarse y mantener el mercado en alza. En suma, estamos ante una burbuja especulativa materializada sobre presuntos bienes artísticos, accesible a inversores de alto nivel y revestida de un sofisticado glamour institucional y cultural. Esto es lo que sirve para avalar ante el profano la supuesta calidad de la mercancía servida.
JOSE PAYA ZAFORTEZA
Hola, me encantaría saber tu opinión sobre las "copias" obras en el arte contemporáneo, si las podemos considerar originales, reproducciones, series, múltiples, etc. Muchas gracias!!
ResponderEliminarUn saludo,
Andrea.
Realmente no tengo una visión muy formada sobre el tema. Como ejemplo, te puedo decir que tradicionalmente las esculturas en bronce se realizan varias copias que se numeran y que todas se consideran originales. Incluso se han dado casos que después de la muerte del artista, se ha cogido el molde de una escultura suya y se ha sacado un réplica nueva que se sigue considerando igual de original que las otras. Si me puedes afinar un poco más tu pregunta te responderé encantado.
ResponderEliminarDe hecho estoy pensando que es un buen tema para una futura entrada.
Un saludo
José Payá
cual es el camino para convertirde en marchante?
ResponderEliminarQué interesante lo hermoso y llamativo que pueden llegar a ser los cuadros de Gabino Amaya Cacho. Si no lo han visto, les sugiero que sigan su obra de Puntillismo abstracto, arte poco convencional y que deja que cada quien tenga su propia interpretación del mensaje que transmite. También pueden darle un vistazo a sus retratos, naturalezas, paisajes y desnudos más emblemáticos del pintor español.
ResponderEliminarInteresante artículo, un artista muy llamativo, con unas obras hermosas y que recomiendo completamente es Gabino Amaya Cacho. Es un pintor español que se dedica a interpretar el Puntillismo abstracto, retratos, paisajes, entre otros.
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