martes, 5 de octubre de 2010

PAGAN 2.1 MILLONES DE EUROS POR UN CUADRO OLVIDADO DURANTE 70 AÑOS

El cuadro encontrado:


Durante 70 años, un cuadro de Giovanni Boldini permaneció oculto y olvidado en un apartamento de París, vacío desde antes de la Segunda Guerra Mundial, moento en que su propietario lo abandonó. Allí quedó 'Retrato de Madame de Florian', que representa a Marthe de Florian, la abuela de la dueña del apartamento, y que fue vendido por el precio récord de 2,1 millones de euros en la sala parisina Drouot, en septiembre de 2010. El cuadro salió a subasta por un precio inicial de 300.000 euros, una cantidad que la puja multiplicó por siete y que supone una cifra récord para una obra del pintor de origen italiano del siglo XIX.
Extraido de "Las Provincias"(5/10/2010)

A continuación, os transcribimos un muy interesante y curioso artículo sobre este pintor poco conocido en España, pero que nosotros consideramos un maestro absoluto y turbador, junto con un apequeña muestra de su obra, realizada tanto al óleo como al pastel :

 "Giovanni Boldini (1842-1931) Ferrara, Italia.

De Boldini se ha dicho que su trabajo era superficial y mercantilista pero transmitía una inmensa alegría al espectador de su obra. Ya con 29 años Trabaja para el marchante más importante de París, Goupil, para quién trabajaban ya pintores como Mariano Fortuny y Ernest Meissonier además de los italianos Giuseppe Palizzi y Giuseppe De Nittis.


                                              
Conoce a Edgar Degas, Alfred Sisley, Édouard Manet y John Singer Sargent (con quien solían asociarlo).
Una vez alcanzada la celebridad y la riqueza, no dejó de empeñarse en el trabajo, que programaba minuciosamente: cada uno de sus cuadros es precedido por bocetos, apuntes y pruebas para obtener perfección formal. Hasta sus características pinceladas rápidas, las llamadas "sciabolate" que daban vida y movimiento a sus cuadros, eran meticulosamente estudiadas. Las mujeres de Boldoni, son de naturaleza flexible y desinhibida que mostraban sin reticencia un modelo de belleza erudito y, descubriéndose, afirmaban su propia autodeterminación, maduras y emancipadas, plenamente conscientes de su propia feminidad.
                                             
De naturaleza fantástica y turbadora, llegaban excitadas al estudio del artista, impacientes de huir del protocolo de sus palacios, de relajar las rígidas fajas con armadura de delgadas astas de hueso de ballena, para abandonarse, libres finalmente, de sentirse finalmente protagonistas, admiradas y sobre todo comprendidas, frente al “fauno”, a aquel pequeño hombre frente al cual no pueden callar sus más recónditos deseos.
                                      
Boldoni no las juzga, porque juzgarlas significaría renegar su naturaleza disoluta pero, al contrario, las estimula a expresarse, recoge sus confusiones, sus angustias y las induce a reflexionar sobre la fatuidad del tiempo y del amor que vive de un solo instante. El artista sabe agarrar al vuelo ese momento, irrepetible, en el cual la belleza aparece más fulgurante y en el cual sus musas se muestran más desenvueltas y naturales. Sin embargo estos retratos colmados de tanta belleza están, a menudo, perturbados de un sentido de provisionalidad, que flota veladamente, que se intuye en el aire y en las miradas, por instantes nostálgicas, otras veces soberbias o melancólicas, de hembras insatisfechas e inquietas, culpables de vanidad, cómplices complacidas y dominadas por esa imagen ciertamente inconveniente que el genio italiano dará de ellas.




 El artista exalta el ego de su modelo retratándola, frecuentemente solo un instante antes de que, siendo alcanzadas por el otoño de la vida, su belleza se marchite para siempre, que sus hojas de rosas perfumadas comiencen a caer. En ocasiones, como un mago, recoge los frágiles pétalos y con un gesto de amor recompone la flor marchita devolviéndole un instante de eterna primavera. ...

Panconi, 2008"

                                    

                                 

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