De vez en cuando, pasear por la calle proporciona visiones curiosas. La afortunada combinación entre la posición de este camión de reparto y su creativa decoración publicitaria, hacía temer a los viandantes, que algún extraño detective nos acechaba cuchara en ristre. Ya cerca, quedaba claro el entuerto.
En el otro lado del camión, una elegante Audrey Hepburn de coliflor y repollo, aguardaba seductora a los peatones.
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