Recientemente he logrado recuperar una carpeta de imágenes de grafittis tomadas en Valencia durante el año pasado. Como sucede con los grafittis, una de sus condiciones de ser es la fugacidad. Los ves y ya no los ves, puesto que o se pinta la fachada, se derriba el muro o se pinta otro grafitti encima. La mayoría de estos ya no existen (los he buscado y nada...) O sea que disfrutar de estas imágenes puesto que es el único testimonio que queda de su existencia.
En el restaurante La Tana, el muro permanece decorado con esta singular bailaora...
Este apacible personaje, expandía tranquilidad desde esta puerta tapiada:
En la Plaza de la Santa Cruz, estaban decoradas las dos puertas de esta finca con estos personajes en un paisaje:
La encantadora Julietta, realizó este regalo para Alejandra y todos nosotros:
Afortunadamente, este siniestro habitante, ya no inspirará más terror desde su esquina:
Una galería de fascinantes personajes, salidos todos de la misma mano,. nos observaba por las calles del Barrio del Carmen.
José Payá Zaforteza
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