martes, 1 de marzo de 2011

CASTILLOS DE ARENA


Nada hay como hacer  castillos de arena. De rodillas en la playa, uno empieza con mimo a levantar  sus pequeñas fortalezas y alcázares y bueno, es fascinante ver la facilidad con la que surgen escaleras, pasadizos y torreones. Por ellos, nuestra imaginación  pronto hace desfilar a guerreros y villanos, mientras empareja a dragones con delicadas princesas cautivas.

Estoy tratando de inculcar esta afición a mis hijos, pero la verdad es que es un camino lleno de obstáculos. Cuando yo intento realizar ambiciosas y fieles reconstrucciones,  ellos en seguida las transforman en extrañas y a su gusto mucho más sugerentes construcciones que nada tienen que ver con mi idea original. Es un poco frustrante, pero supongo que así es como debe ser.

Lo que nunca falla es el destino último de la obra. Sucumbir a una lluvia de meteoros de arena o desaparecer bajo una orgía de pies y patadas. Que más da lo que uno se esfuerce. Al final, los pequeños monstruos se deleitarán en destruir y deshacer concienzudamente cada trozo de muralla, puerta o almena. Tras su paso, todo queda reducido a un triste paisaje lunar.

Afligido, emprendo renqueante el camino de vuelta a casa. Mientras, mi equipo de inconscientes destructores corretea alegremente alrededor, disfrutando de la libertad, del sol y de la playa. Bueno, seguro que el de mañana saldrá mejor, me digo. Habrá que probar  a alisar las superficies con una paleta más fina o mejor aún, rociarlas con el vaporizador de agua, a ver si endurecen antes.

Sumergido como voy en mis profundas cavilaciones, de repente noto puestos en  mí los ojos extrañados e inquisidores de toda mi familia. Entonces caigo y bajo el duro sol del mediodía surge la terrible pregunta . Pero bueno¿donde habré puesto las llaves del coche?

 













Imágenes seleccionadas del Concurso Internacional de Castillos de Arena celebrado en Eyevreux, Canadá.

JOSE PAYA ZAFORTEZA

3 comentarios:

  1. Imprensionantes testimonios: fotos y comentarios. ¡Quién pudiera!, como niños, patear aquello que nos molesta o disgusta o, simplemente, ha dejado de interesarnos. Un saludo ¡despistado!

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  2. Cuando vi tu entrada sobre el parque Jeju olvidé comentarte que en Oslo está el parque Vigeland que también tiene unas esculturas muy bellas que impactan al visitante. Supongo que lo conocerás pero, si no es así, échales un vistazo.

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  3. Como esta mañana estoy desoficiada por causas ajenas a mi voluntad me dedico a "husmear" en las imágenes de tu blog. Observo que el edificio de veles del puerto de Valencia es bastante parecido al de la ópera de Oslo ¿es acaso del mismo arquitecto o escuela?. Me gusta la arquitectura aunque no tengo ninguna formación. Sé lo que me gusta y no me gusta, y lo que me impacta. Este verano me impactaron las óperas de Oslo y de Copenhague; en esta última ciudad también es precioso el edificio de la biblioteca pública, el llamado en argot popular "diamante negro". Disfrutar de un atardecer soleado entre las aguas de los canales de Copenhague y disfrutar de sus edificios es todo un lujo.

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