domingo, 5 de febrero de 2012

DE CUANDO LA LONJA DE VALENCIA VIAJO A LA EXPOSICIÓN UNIVERSAL DE CHICAGO (1893)



Una vista del  pabellón español de la Exposición Universal de Chicago. Al su lado, el pabellón alemán.
En 1893 se celebró en Chicago la Exposición Universal para conmemorar el IV Centenario del descubrimiento del Nuevo Mundo. Fue la más importante de todas las que se celebraron en América y tuvo una gran influencia posterior en el planteamiento urbanístico de numerosas ciudades americanas. Participaron 19 países y el éxito de público fue colosal, ya que atrajo a  27 millones de personas (casi un cuarto de la población estadounidense). Pese a esta masiva afluencia, la exposición estuvo a punto de arruinarse, debido a sus cuantiosos gastos (como se ve, nada nuevo bajo el sol).  

Dentro de los pabellones internacionales uno de los más singulares era el de España. Curiosamente, en una época en la que por influencias del romanticismo y el exotismo, todo lo español se asociaba a la herencia árabe (recuerdese el éxito de los "Cuentos de la Alhambra" de Washington Irving), el gobierno español se decantó por enviar una muestra del gótico civil de la Corona de Aragón 

Un detalle del mapa oficial de la Exposición. El pabellón español, empequeñecido al lado del grandioso pabellón alemán (no en vano Alemania aspiraba a convertirse en la primera potencia mundial). Sorprende el pabellón de Haití, de una opulencia hoy inimaginable en aquel país.
Las obras fueron dirigidas por el prestigioso arquitecto valenciano Rafael Guastavino. Se pensó que dado el gran conocimiento que tenía sobre la construcción de bóvedas (las famosas bóvedas de Gustavino en Nueva York), era el más capacitado para levantar las réplicas de las del Salón Columnario.

El edificio del Consulat del Mar adosado al original, no se construyó, por lo que hubo que inventarse una fachada lateral, que es la que se muestra en las fotos.

La Lonja de Valencia a finales del S. XIX. Nótese que el torreón central aun no se ha rematado con las almenas neogóticas
En el interior del Pabellón lo valenciano se potenció. Colgaban obras de Muñoz Degrain, Agrasot  y Sorolla, que además recibió una medalla conmemorativa. Esta obra ha sido muy estudiada por el erudito valenciano Josep Vicent Boira, que sostiene la hipótesis de que los planos originales de la Lonja se emplearon para esta reconstrucción y se extraviaron posteriormente.

Otra foto de la réplica de la Lonja

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