sábado, 24 de marzo de 2012

FALSOS HISTÓRICOS, RECONSTRUCCIONES Y RECREACIONES EN MONUMENTOS DE VALENCIA

Dentro de la restauración de pintura hay una serie de principios claros sobre lo que se puede hacer o no al intervenir en  una obra:

-  Fidelidad al original: no se puede completar ni alterar este con nuevos añadidos que modifiquen su apariencia (nadie puede permitirse pintar un personaje nuevo en un cuadro antiguo).

- Legibilidad de las intervenciones: todo aquello que se añada nuevo, debe de poder ser reconocido de manera diferente del original. (Se trataría de evitar el falso histórico)

Estos criterios muy claros en restauración de pintura, tienen una aplicación mas difusa en rehabilitación arquitectónica. Un cuadro o una escultura se concibe como una obra concluida de forma unitaria por su autor, en la que no cabe enmienda ni  retoque ajeno (a ningún restaurador se le ocurriría "mejorar" Las Meninas de Velazquez, embelleciendo a alguna infanta). Sin embargo un edificio es un bien cultural de naturaleza diferente, que se puede ir enriqueciendo con sucesivos añadidos y que además ha de atender a un uso y una funcionalidad necesarias. 

La imagen actual de la torre más emblemática de Valencia es reciente. El Micalet tenía una elegante crestería calada realizada en 1428, que fue eliminada en el S. XVIII y sustituida por la austera baranda de hierro que muchos conocimos. En 1983 se reconstruyó en piedra la nueva barandilla, para la que se tomaron como referencia algunos restos conservados de la antigua, interpretados muy libremente. 
Durante el último siglo, numerosos monumentos de Valencia pasaron por intervenciones de diversos tipos que modificaron su apariencia hasta llegar a la que vemos hoy. Muchas de estas actuaciones han tenido un carácter historicista, recreando algo nuevo en estilo antiguo, de manera que nos parezca original.

El resultado es lo que podríamos llamar "falsos históricos": una obra reciente que reconstruye algo perdido o añade elementos que nunca existieron según la imaginación del arquitecto. Los "falsos" se prodigaron mucho en las reconstrucciones de la posguerra. Sin embargo, con los criterios de actuación actuales nunca se hubieran realizado, sino que se habría optado por intervenciones más "legibles". Fueron pues ¿un error o un acierto? En mi opinión, depende de cada caso y circunstancia. 

He realizado una pequeña recopilación de intervenciones y añadidos sobre monumentos de Valencia. El resultado es dispar. Junto con grandes aciertos, hay actuaciones más discutibles, pero creo que en general el balance es positivo. Muchos edificios lograron una unidad de la que antes carecían y en otros, la eliminación de estos añadidos nos parecería hoy una mutilación. En todo caso el debate está abierto.

Sin las almenas y gárgolas de la torre central, la Lonja nos parecería algo incompleto. Sin embargo en el proyecto original nunca existieron. Fueron añadidas entre 1987 y 1900.  Recientemente se restauró y limpió la fachada de piedra. Sin embargo, al eliminar la pátina uniformadora que proporcionaba la contaminación, el cuerpo añadido muestra un color de piedra claramente diferenciado. 

En los años 60,  el entorno del Palacio del Marqués de Dos Aguas peligró al iniciarse la construcción de un edificio moderno sustituyendo al historicista que  tenía adosado al mismo. Felizmente la sobras se paralizaron, derribándose la nueva estructura construida. En su lugar se edificó un cuerpo nuevo del palacio, que se puede considerar una obra maestra de la reconstrucción y fidelidad al original. Hoy parece que siempre estuvo allí..  
El segundo torreón de la Generalitat fue realizado entre 1942 y 1951. Para lograr un perfecto mimetismo con el resto de la fábrica , se construyó con piedra procedente del derribo de antiguos edificios. La uniformidad del conjunto es total y exteriormente es muy dificil percibir que el torreón es una construcción reciente.   

La iglesia de Santa Mónica fue concluida en 1697. Sin embargo, en 1940 se decidió construir un campanario que fue diseñado por el arquitecto municipal Javier Goerlich y que varió completamente la imagen del edificio.

El museo de Bellas Artes de Valencia, antiguo Colegio Seminario de San Pío V, contaba con una grandiosa cúpula que tuvo que ser derribada en 1925 por peligro de derrumbe. Recientemente fue recontruida por el arquitecto Manuel Portaceli. Exteriormente la nueva cúpula es similar a la original. En el interior es un  interesante espacio de diseño nuevo.

El actual edificio de la Universidad proviene de 1820. Sin embargo, la fachada que recae a la plaza del Patriarca no se construyó´hasta 1954. En aquél momento se derribaron toda una serie de edificaciones adosadas que impedían la apertura completa de la plaza. La fuente se añadió en 1964 con esculturas de Octavio Vicent.  

Siguiendo con el edificio de la Universitat, hasta 1944 no se concluyó la columnata jónica del  piso superior del patio mayor. Su aspecto anterior era bien distinto.

Porta del Mar: este auténtico arco del triunfo fue construido en 1946 por el omnipresente Javier Goerlich como homenaje a los caídos en la Guerra Civil. Constituye una replica casi exacta de la "Puerta del Real", original de 1801 y que fue derribada en 1868 junto con el resto de las murallas. Como curiosidad, comentar que en los años 90 se desmontó y volvió a montar posteriormente pieza a pieza, para construir la línea de metro que pasa por debajo.

El patio del Palacio del Embajador Vich es uno de los más notables ejemplos de preservación y reconstrucción en Valencia. Este magnífico palacio renacentista fue derribado en1859, dispersándose muchos de sus restos por la ciudad (véase la portada actualmente en los jardines de Viveros). Las piezas del patio, traídas por el embajador desde Italia quedaron custodiadas y casi 150 años después de su derribo, el patio ha podido ser reconstruido dentro del museo de Bellas Artes de Valencia.

Reconstrucción del Chalet de Blasco Ibañez: debido a su mal estado el ayuntamiento de Valencia tomó la decisión de derribarlo y volver a construirlo nuevo

Años 90: una de las últimas reconstrucciones y también de las más accidentadas. La rehabilitación del Palacio de Cerveró (que alojó a Fernando VII cuando volvió a España  a recuperar su trono), obligó al derribo de prácticamente todo su interior. Solo se salvó el patio y la fachada. Esta se apoyaba sobre una estructura de andamiaje mientras se reconstruía el edificio por detrás. Desgraciadamente los cálculos fallaron y la fachada se derrumbó, obligando a reconstruirla también . Por lo tanto esta es de nueva factura, al  igual que los lujosos salones y estancias isabelinas del interior. 
Si queréis leer un poco más sobre falsos históricos en arquitectura os dejo una serie de enlaces, algunos describiendo situaciones más bien curiosas y contradictorias en las que a veces se llega a incurrir:

Falsos edificios históricos de Barcelona, catalogados como Monumentos Nacionales
Debate sobre el modelo de intervención contemporánea en los centros históricos de nuestras ciudades

                                                             JOSE PAYA ZAFORTEZA

3 comentarios:

  1. Me parece muy interesante tu página, pero observo un error: La puerta que hay en Viveros que has sacado en la fotografía, no es del Palacio del Embajador Vich sino de los Duques de Mandas, que estaba en la calle Avellanas hasta su derribo en 1864.

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